No tenía ninguna actitud de querer ministrar, no percibía la oportunidad que tenía, no estaba buscando ser parte de lo que Dios estaba haciendo en la vida de su hijo. En vez de esto, estaba lleno de la ira descrita en Santiago 4:2: “Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis”. El cinismo cultural del que hemos hablado está basado en lo que nosotros pensamos que son los adolescentes y en lo que pensamos que está pasando
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